jueves, 13 de septiembre de 2012

Probabilidades


Después le conté lo de la ruleta rusa.
—¿Jugó usted?
—Seis veces —dije, y miré fijamente la rampa.
Duffy me clavó la mirada.
—Está loco, una posibilidad entre seis; debería estar muerto.
Sonreí.
—¿Ha jugado alguna vez?
—No. No me gustan esos juegos.
—Usted es como la mayoría de la gente. Beck también. Él creía que las posibilidades eran una entre seis. Sin embargo, se acercan más a una entre seiscientos. O a una entre seis mil. Si uno pone una bala pesada en un arma bien hecha y bien conservada como ese Colt Anaconda, sería un milagro que el tambor se parara cuando la bala está cerca de la parte superior. La inercia del giro siempre la lleva hacia abajo. Un mecanismo de precisión, un poco de aceite y la gravedad te echan una mano. No soy idiota. La ruleta rusa es más segura de lo que se piensa. Y valió la pena correr el riesgo para que me contratara.
Se quedó callada.

(Lee Child, El inductor, Barcelona, Ediciones B, 2004)

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