Si
algo se sabe, eso es que el mundo conspira contra los blogs. Hay muchos libros que
leer, otros proyectos dando vueltas, una vida que sigue marchando. Pilas de
trabajo pendiente para comentar, poco tiempo.
Mientras
llega la próxima reseña, y para actualizar la bitácora de este viaje, van estos
micro notas: una forma de la resistencia. Si algún lector se anima al comentario en el post, bienvenido: la
seguimos por esa vía.
Algunos
de los que pasaron en los últimos meses:
El muñeco de nieve, Jo Nesbo: Hole
persigue a un asesino serial. Un Hole que se me hace mucho menos vulnerable que
el que conocí en la excelente Némesis.
La trama se enrosca y da más y más y máaaaas vueltas. Y cuando todo parece
resolverse, hay ooootra vuelta más (encima, en el Kindle no es tan fácil ver a
cuántas páginas estamos del final). A mi gusto, vueltas gratuitas, extensión
algo inflada. Creo que ya tuve bastante Hole en mi vida lectora.
La entrega, Dennis Lehane: historia
de gángsters en los bajos fondos de Boston. Irlandeses, chechenos, latinos, una
chica y un perro memorable. El narrador es Bob. Su primo Marv lleva un bar.
Como en todos los bares, allí también corren las apuestas. Marv se tienta. Mete
la mano en la lata. No sale muy bien parado. La entrega, es puro Lehane —garantía de entretenimiento y oficio—, una
muy buena novela que existió primero como guión. La peli, con el último
Gandolfini, es todavía mejor.
Ciudad salvaje, Elmore Leonard: ¿qué
más decir de Elmore? Nunca me defrauda. Ciudad
salvaje es una novela de 1980. Y ya quisieran muchos autores haberla
escrito hoy. Un juez odiado por medio Detroit muere en un confuso episodio
callejero. También la chica que lo acompañaba. Raymond es el policía a cargo
del caso. Y Clement, el idiota malo de turno, que buscaba en realidad quería
matar a otro, a un albano… Violencia y enredos y humor y personajes geniales,
en la mezcla exacta: la secreta receta Leonard.
La mujer de un solo hombre, A.S.A.
Harrison: con este libro, Salamandra Black se aleja un poco de la novela
negra y se corre de lleno al thriller psicológico. Matrimonio de cartón pintado
en Chicago: él constructor, ella psicoanalista, una mascota Golden retreiver. Todo
es armonía y felicidad, hasta que las infidelidades y los celos y la culpa
empiezan a filtrarse y desembocan en la locura del crimen. Entretenida novela,
aunque algo larga. Si disfrutaste Perdida
y querés más de lo mismo, puede ser para vos. Si te costó aquella polémica
“primera mitad”, ni te asomes por esta mujer.
El baile ha terminado, Julián Ibáñez:
no hago más que hablar del Universo Ibáñez que cae en mis manos una novela
negra suya que se aparta radicalmente de todo lo anterior. Con la misma
calidad, con un protagonista —Ruano— más chandleriano que los quinquis
habituales y una misteriosa chica a la que seguir, va esta intriga en el País
Vasco. Mezcla de novela negra, historia de espionaje con tintes de thriller
político, creo que la disfrutaría más quien conozca mejor la interna histórica
de esa región, y las organizaciones clandestinas u oficiales —ETA, la
Ertzaintza, la Guardia Civil, la Nacional, Extranjería— que se disputan el
poder.
Que razón llevas con eso de que la vida sigue y sigue y los libros por reseñar se acumulan.
ResponderEliminarMe parece una fórmula perfecta la de hacer una microreseña con lo más significativo.
Por ejemplo, hace un par de días un compañero me comentaba lo mismo que tú comentas sobre Nesbo y su Muñeco de nieve.
Un abrazo.
Por cierto, ya me dirás que te ha parecido el prólogo de La estrategia del pequinés que ha escrito un servidor para la edición de argentina. Gracias
ResponderEliminarHola, David. Gracias por la visita.
ResponderEliminarNesbo encontró una buena fórmula para ser best seller, y lo felicito, pero yo ya he perdido el interés en el fenómeno Harry Hole.
Leeré tu prólogo en algún lado: mi Ravelo es de Alrevés, y me llegó de Negra y Criminal un poco antes de que se publicara aquí. Pero ya me voy a hacer de un ejemplar local para leer tus palabras.
Un gran abrazo,
A
No pasa nada. Pensé que tendrías la versión de Revolver para Argentina.
ResponderEliminarTambién escribí el prólogo para La tristeza del Samurai para Revolver.
Si te topas con ellas me encantaría saber tu opinión.
PD: tomo nota de Hole.
Saludos