Charco negro, Autores varios
Juan
Guinot es un escritor argentino que fue finalista en el último premio Celsius
de la Semana Negra de Gijón. Fue finalista, Juan, pero no ganó. Aunque sería
más exacto decir que no fue premiado. Porque ganar, ganó. Como todos los
escritores que conozco y estuvieron allí.
Entre
el riquísimo equipaje que Juan se trajo de vuelta a casa, se trajo una idea. No
lo sé a ciencia cierta, pero me gusta imaginar que esta idea ya venía
conversada con colegas, masticada,
entre tapas y cañas en las terrazas de Gijón. La idea era simple: hacer una
antología de relatos. No es una idea innovadora, hay que decirlo. Pero esta
antología tendría algunas características. Primero: autores de género, que
hubieran participado de la Semana Negra. Segundo: autores de ambos lados del
Atlántico que, como el idioma común, nos separa y nos une. Tercero: que hubiera
publicación simultánea en ambas orillas.
Ya
en Buenos Aires, le contó su idea a Luis Mazzarello, editor de la independiente
Wu Wei. En cuestión de horas parten los mails. Los argeñoles —como gustan
llamarse— Marcelo Luján y Carlos Salem están entre los primeros contactos, y
empujan la idea entre colegas españoles. Las invitaciones son aceptadas, y no
tarda en aparecer un editor interesado en publicar Charco negro en la península.
Como
en toda antología que reúne distintos autores, también con Charco negro el lector disfrutará más de unos relatos que de otros.
Es lógico, y está casi en la “definición” de antología. Sin embargo, en suma,
me animo a decir que el resultado final es una muy interesante colección de
relatos. Interesante por varios motivos. Primero, porque Charco negro funciona como un pantallazo de los autores que en la actualidad
están escribiendo buena literatura de género en castellano. Desde los más
conocidos y premiados hasta los que, sin ser novatos, aún no son tan
difundidos. Este es el segundo motivo de interés: la oportunidad muy valiosa de
la difusión. Especialmente en la orilla opuesta del charco: tan saludable es
tener aquí relatos de Fallarás, Ameixeiras o Márquez Sánchez, como tener allá
otros de Ferrari, Almada o Carrá. En tercer lugar, también resulta interesante
apreciar en Charco cómo se vuelven
borrosas las fronteras entre géneros. Cómo, partiendo del negro, los autores
incursionan en los barrios vecinos del fantástico, la crónica y la ciencia
ficción. Incursiones que recuerdan la multiplicidad que propicia la
misma Semana Negra, que alberga junto al policial de siempre cada vez más a
esos géneros, junto a la novela histórica y al cómic.
Por
último, Charco negro es la viva
prueba de que existe una posibilidad de realización por fuera de las leyes del
mercado. Una de las reivindicaciones más fuertes que hacen los editores y los
autores mismos de esta antología es la de atacar esa inadmisible —desde
siempre, pero mucho más en estos tiempos de redes 2.0— ignorancia que tenemos a un lado
del Atlántico de la literatura de género que se escribe en nuestro idioma, del
otro lado. Una ignorancia que sólo se explica por políticas editoriales y
culturales. En este sentido, lo de Charco
negro es un trabajo valioso, pues se convierte en un puente negro: posibilita el ida y vuelta, el intercambio, el
conocimiento. Enriquece. Ojalá que el proyecto germine y haya más volúmenes así
en el futuro.
No
te la pierdas. Buscala, que está en las librerías la edición de Wu Wei (la de
Unomasuno, si sos de la otra orilla). Ojalá sigas mi consejo, pero, si aún estás
indeciso, te ayudo con esto: la lista completa de autores y títulos que
encontrarás en Charco Negro.
- Miguel
Molfino: La muerte viaja en Olivetti
- Marta Sanz:
Extrañas en un tren
- Marcelo
Luján: No es cuento
- Cristina
Fallarás: Mala raza
- Luisgé
Martín: Los libros de los muertos
- Antonio
Jiménez Barca: El parado
- Javier
Márquez Sánchez: Le temo más a la vida
- Juan Carrá:
La enfermedad
- Carlos
Zanón: Le bateau ivre
- Pedro de
Paz: Hay fronteras que es preferible no atreverse a cruzar
- Gabriela
Cabezón Cámara: Polvo al polvo
- Leonardo A.
Oyola: Estocolmo
- Berna González
Harbour: Arrepentida
- Juan Marcos
Almada: El bote
- Carlos Salem
Sola: Japoneses a la brasa
- Diego
Amexeiras: El desvío
- Patricio
Eleisegui: Calfulcurá
- Juan Guinot:
Psicotécnico
- Kike
Ferrari: Cruz rota
- Jesús
Cañadas: 357
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