jueves, 1 de marzo de 2012

Un detective a su pesar


Saul Lynx había dicho a menudo que pensaba en mí como el detective a su pesar. Cuando le pregunté qué quería decir con eso me contestó:
—No es una profesión para ti. Sólo sales para ayudar a la gente, porque no te gusta lo que les ha ocurrido. Pero en realidad prefeirías estar leyendo un libro.
—¿Y no preferiría todo el mundo ser rico a trabajar? —le pregunté.
—Eso dicen, pero la mayor parte de la gente que tiene un trabajo como el nuestro están en esto porque les gusta mirar por las cerraduras y mezclarse con la chusma.
Bueno, pues yo ya no era un detective a mi pesar. Me dirigía voluntariamente hacia un destino, aunque no tenía ni idea de dónde estaba ni de cuál era.

(Walter Mosley, Rubia peligrosa, Barcelona, Roca Editorial, 2009, pg 109)

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