Martes, 15
de agosto, 12 del mediodía.
A primera
hora, Sevilla ha salido para localizar a la testigo que llamó a la Policía
Municipal y luego no se presentó. No hay muchas esperanzas de encontrarla.
Aprovechando que hoy es fiesta, su marido se la habrá llevado al campo huyendo
precisamente de una visita oficial. Si pincha por ese lado, Sevilla irá a
buscar confidentes. Después de un robo de ocho millones, los chivatos y los
policías corren unos al encuentro de los otros como enamorados de película.
(Andreu
Martín, Prótesis, Barcelona, La
orilla negra, Norma, 2007, pg 131)
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