La mayoría
de las bellezas se evaporan cuando se examinan más de cerca. Unos rasgos algo
bastos, unas peculiaridades que no se habían notado, dientes falsos, cicatrices,
embriaguez o simplemente tontería; existen un montón de defectos que podemos
obviar a primera vista. Esas imperfecciones son las que llegamos a amar con el
tiempo. Nos vemos atraídos por la ilusión, pero nos quedamos por la realidad
que es la que construye a la mujer. Pero Faith no sufría bajo la luz del más
severo escrutinio. Su piel y sus ojos, la forma de moverse, aun bajo el peso de
sus temores, eran… impecables.
(Walter
Mosley, Rubia peligrosa, Barcelona, Roca
Editorial, 2009, pg 122)
muy bueno
ResponderEliminar