miércoles, 17 de octubre de 2012

Al otro lado del río


Trampa para ángeles de barro, Renzo Rossello

Uno de los libros que me traje del primer festival BAN!, de junio de este año, fue este de Renzo Rossello. No conocía al autor ni a la colección. Sólo sabía que eran uruguayos ambos. Y que el libro presentaba una factura impecable, que pude apreciar con apenas una hojeada. Me interesó la contratapa y me lo llevé sin dudarlo.

Me encontré con una historia bien escrita, que se lee con agilidad. Que además es un libro corto (poco más de 140 páginas) y de tamaño cómodo. Me lo terminé de un día para el otro. Y puedo decir que disfruté cada página.

Trampa para ángeles de barro relata la historia de dos personajes cuyos destinos, según ya sabemos desde la primera —y potente— línea del texto, van a cruzarse más temprano que tarde. Por orden de aparición, esos dos personajes son el Largo Viñas y el Navaja. El primero es un policía alto y flaco, que tiene su pasado en el área de Inteligencia, pero que en la actualidad es un verdadero outsider dentro de la institución. Viñas tiene una casa y una mujer. Suele pasarse varios días sin caer por allí y cuando lo hace, su mujer siempre duerme. Viñas piensa que tal vez ella lo engañe, pero mucho no le importa. A Viñas no le interesa nada; no es cómplice de los policías más corruptos, pero tampoco los denuncia: apenas los desprecia. El Largo no confía en nadie, y nadie confíe en él. Más aún: hay ciertos canas que preferirían hacerlo a un lado…

Edgar, conocido como  el Navaja, es un delincuente juvenil. Pesado el pibe. Un tremendo historial de entradas y fugas, y robos y muertes lo han convertido en un enemigo público de esos que alimentan las tapas de los diarios populares, de esos que logran arañar una estatura mítica. No tiene familia. La Sandra fue su novia, pero la perdió en algún momento en que estuvo en cana. El Navaja hace rato que no tiene nada que perder. Por eso no duda en prenderse en un plan de fuga del instituto. Entre los que salen con él está su amigo Riverita.

El conflicto que motoriza la historia viene de una orden “extraoficial” que recibe Viñas. Tiene que “terminarlo” al Navaja. Los motivos no parecen muy claros. Sólo está claro que Viñas debe hacer el trabajo solo. Nadie más que su superior directo y él estarán al tanto de la operación. Pero el policía desconfía. No se cuestiona si boletear a un delincuente como el Navaja está bien o mal. Lo que lo molesta a Viñas es no entender qué intereses hay detrás de la orden tan secreta que está recibiendo.

La persecusión nos llevará a través de las calles de Montevideo, por los bares y las pensiones, por las casillas de lata y los pastizales de los suburbios, para descubrir lo que sabemos desde siempre: que dos hombres parados en veredas enfrentadas, como Viñas y el Navaja, pueden ser apenas títeres, meras piezas de un juego de poder que está muy por encima de sus cabezas. Un juego en el que sus vidas no valen nada.

Trampa para ángeles de barro se publicó por primera vez en los tempranos noventa. Sin embargo, no ha perdido ni un gramo de su vigencia. Mérito de Rossello que, con su visible oficio de cronista, desarrolla una trama simple de manera efectiva. Despliega un estilo afilado, y con economía y precisión planta una galería de personajes muy atractivos y bien delineados.

Como rioplatense que soy, me interesó mucho el lenguaje que suena en Trampa para ángeles de barro. Ese lunfardo que no es el de este lado del charco, que está en ese registro apenas desplazado pero que se entiende perfectamente parado en esta orilla. Leerlo es algo que resulta una manera interesante de experimentar cómo somos de iguales y de distintos a ambos lados del gran río marrón.

Si uno de los objetos de los festivales como el BAN! es poner en contacto a los lectores con la literatura de género que no es fácilmente accesible —se sabe que en algunos aspectos el Río de la Plata es más ancho de lo que parece— en mi caso y con esta novela fue totalmente eficaz. Ojalá puedan distribuir en Buenos Aires algunos ejemplares de esta Colección Cosecha Roja, que también ha publicado títulos de Pedro Peña y a Rodolfo Santullo.

9/12

1 comentario:

  1. de hecho, hoy vi varios Sobres de Papel Manila de Santullo, en el AteneoGrand Splendid. Me sorprendió.

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