En la oscura Argentina de mediados de los setenta, hay un policía que todavía intenta resolver los asesinatos en lugar de perpetrarlos, como parece ser la norma. Ese policía es el Perro Lascano, protagonista que hace su aparición en esta clásica novela de Ernesto Mallo.
El Perro Lascano trabaja en la Federal. Es un solitario que fuma y fuma. Su mujer Marisa lo dejó viudo antes de tiempo, dejándole la vida llena de su ausencia. Una noche cualquiera Lascano recibe la orden de acudir a un descampado en los bordes de Buenos Aires, en la zona de Lugano. Alguien reportó que allí hay dos cadáveres. Lascano va. Encuentra los cuerpos: ejecutados con disparos en la cara, con el ya tradicional modus operandi de los grupos paramilitares que se mueven libremente por la ciudad. Pero también hay un tercer cuerpo: un hombre mayor que será fácilmente identificable, pues tiene la cara entera. Está claro que alguien lo asesinó en otro lugar y luego “plantó” el cuerpo aquí.
Este episodio es el disparador de la trama de La aguja en el pajar, recientemente reeditada en España con el título de Crimen en el barrio de Once. Lascano deberá moverse en medio de los asesinos para encontrar al asesino de aquel hombre. Y las pasará feas de verdad.
Creando personajes de carne y hueso, y manteniéndolos en movimiento a lo largo de una historia que atrapa y nunca se detiene, Mallo pinta con brillantez el desolador y terrorífico paisaje de la Argentina de aquellos años negros. Lascano arrastra su dolor por el hilo principal de la historia, el de resolver el crimen del prestamista Elías Biterman. Encontrará una ilusión del amor en la persona de Eva, una fugitiva que perdió a su pareja en un enfrentamiento con los militares, y que resulta la viva imagen de su ausente Marisa. Por otra parte está el usurero Biterman, sobreviviente de los campos de concentración polacos, duro y miserable en extremo, que opera desde su cueva en el barrio de Once. Uno de sus desesperados clientes es Amancio Pérez Lastra, hijo de un jet set decadente y acomodaticio. Así como los de su clase esperan recuperar las glorias de otros tiempos aplaudiendo y celebrando los crímenes del nuevo gobierno, de mano y botas duras, el propio Amancio se refugia en su viejo amigo Giribaldi. El Mayor Giribaldi es un asesino y apropiador de bebés, que se mueve con soltura en los juzgados presionando a jueces y policías, y con impunidad en las calles de muerte del Buenos Aires de entonces, una ciudad en la que escaparse parece ser la mejor de las ideas.
Mallo mantiene bien alta la tensión del relato sin sacrificar ni en un gramo el cuidado y la belleza de la forma, de su depurada prosa. Encima crea un gran personaje, al que todo lector querrá seguir. Sabemos que hay otra historia de Lascano, Delincuente argentino, también reeditada actualmente con un título más políticamente correcto para España: El policía descalzo de la Plaza San Martín. Transcurre ya en los años de la democracia, pero el Perro Lascano nos mostrará que aún hay mucha podredumbre por destapar.
Pero mejor empezar por este excelente principio: encontrando la aguja en el pajar.
Como observación personal acerca del estilo, otra vez —ay— los diálogos. En esta novela (y también en Delincuente) Mallo se toma ciertas “libertades” para la construcción de los diálogos que pueden entorpecer la lectura, por lo menos hasta que el lector logra habituarse: ausencia de guiones de diálogo, y por lo tanto de incisos; espacios entre párrafos “hablados” y “narrados”; letra itálica; separación de los parlamentos de los distintos personajes con punto seguido.
10/11
Qué tal, Ariel.
ResponderEliminarTremenda entrada de una tremenda novela. Yo la he acabado hace poco y estoy construyendo poco a poco una reseñita para el blog.
Quería también informarte, a ti y a los tuyos, que se ha organizado un twitter un pequeño club negrocriminal de lectura. Hoy mismo, empezamos con la experiencia leyendo "Cosecha Roja". Si os interesa, la etiqueta que hemos elegido es #clubnoir, aunque también hay un perfil (a la gente le resulta así más fácil) que es @clubnoir_
Un salico, Ariel, y a ver si te animas.
Hola, Jabi.
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
Te resultará increíble, pero escucha: en este momento escribo desde Barcelona. Mañana estaré en un Club de Lectura sobre esta novela, con Paco Camarasa. Y no sé si no estará Mallo también...
Esto explica por qué he leído JUSTO ahora esta novela, y también por qué interrumpí por esta semana los post en el blog (las vacaciones son las vacaciones...)
La próxima me estiro hasta el País Vasco.
Abrazo,
A
Pues vaya sorpresón. Justo ayer le pedi a Paco que me reservara las dos novelas de Mallo para que me las firme. Si le ves, dile que se esmere que soy un fan de los buenos. Y coméntale también que estoy muy agradecido con la cesión del relato "Trabajito" para el blog.
ResponderEliminarYa casi tengo acabada la reseña del "Crimen en el Barrio del Once, pero como nos hemos liado con el #clubnoir tuitero se me ha pasado el tiempo volando.
Que lo pases bien por la Ciudad Condal. Disfruta todo lo que puedas, y cuando te estires hasta acá, avisa.
Un saludico