Los estadounidenses somos una raza extraña. Creemos en la ley y el orden, pero también creemos que los verdaderos crímenes los comente un tipo de persona distinta, cuya vida no tiene nada en común con la nuestra ni con el comportamiento razonable y respetuoso de nuestro mundo. La consecuencia de esto es que mucha gente, sobre todo entre las clases con ingresos altos, ve a la policía como una suerte de personal de mantenimiento suburbano al que se debe tratar con respeto, pero cuya importancia social está sólo un escalón por encima de los jardineros.
(James Lee Burke, El huracán, Barcelona, RBA Libros, 2009, pg 198)
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