lunes, 19 de diciembre de 2011

Un comienzo


Esta historia pasó hace tiempo y la olvidé.
Han pasado ocho años de la muerte de Lidia y yo continúo trabajando para Draper, caminando solo y aburrido hacia el umbral de la vejez, aún sin saber a ciencia cierta por qué no conservo a ninguna de las mujeres que he amado durante mi vida, consciente de que mi tiempo se acaba, filtrado a través de los dedos de mis manos como la arena en una playa.
Y puestos así, esta historia puede comenzar un día cualquiera a finales de septiembre del año 2000, en aquel taxi que me traía a Madrid, un poco antes de que Matos me llamara al móvil.

(Juan Madrid, Adiós, princesa, Barcelona, Ediciones B, 2011, pg 18)

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