—El comisario cree que debe de haber otras formas de reprimir el crimen,
aparte de la fuerza bruta —dijo el teniente, cada vez más rojo.
—Bueno, pues dígale que venga a enseñárnoslas —replicó Ataúdes Ed.
En el poderoso cuello de Sepulturero
se marcaron las arterias. Con voz seca, dijo:
—Entre la población de color de Harlem existe el mayor índice de
criminalidad del mundo. Para enfrentarse a eso sólo hay tres posiciones: hacer
que los criminales paguen por ello, y usted no desea eso; pagar a la gente lo
bastante para que pueda vivir con decencia, cosa que no se hará; así que lo que
queda es que se maten unos a otros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario