sábado, 3 de septiembre de 2011

Perseguido


Leamas observó cómo sacaba un cigarrillo del paquete que había en la mesa y lo encendía. Advirtió dos cosas: que Peters era zurdo, y que, por segunda vez, se había puesto el cigarrillo en la boca con la marca hacia fuera, para que se quemara antes. Fue un gesto que le gustó a Leamas: indicaba que Peters, como también él, había estado perseguido.

(John Le Carré, El espía que surgió del frío, Barcelona, Random House Mondadori, 2010, pág 89)

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