lunes, 19 de septiembre de 2011

Matando con el enemigo

El décimo Infierno, Mempo Giardinelli

El décimo infierno narra una historia de pasiones desbocadas, desenfrenadas, descontroladas. En fin, de pasiones. Y de muerte, mucha muerte. El escenario es nuevamente el caliente Chaco, lugar de nacimiento del propio Giardinelli, pero esta vez no estamos en época de la dictadura sino en los albores del tercer milenio.
Alfredo Romero es un operador inmobiliario de Resistencia. En este Payton Place argentino, Alfredo tiene una caliente relación íntima con Griselda, la apetecible esposa de su socio. Testigos de la inexplicable abulia de este último, y algo irritados por semejante pasividad, deciden matarlo. Así nomás, en una charla casual: “¿Y cómo lo haríamos?”
El plan de Alfredo y Griselda es la ausencia de plan: lo liquidan de un fierrazo. Y escapan. ¿Adónde? Al patio trasero del patio trasero, es decir, al Paraguay. Ese camino es un reguero de sangre vertiginoso que no da respiro al lector. En ese periplo tan violento como entretenido, Alfredo y Griselda eligen arrasar con la moral biempensante “clasemedia argenta” para vivir lejos de sus ataduras. ¿Que el precio es cargarse a unos cuantos infelices? ¿Y a quién le importa?
Recordando la recientemente comentada Luna caliente, da la sensación de que para un escritor de la talla de Giardinelli escribir El décimo infierno fue apenas un entretenimiento menor, un pasatiempo entre la escritura de obras mayores, ¿quién lo sabe? Pero no deja de ser una apreciación errónea. Escribir una nouvelle —apenas alcanza las 100 páginas— como esta no es un trabajo fácil o al alcance de cualquiera. Para nada. La novela se lee de un tirón, lo que es un mérito enorme. Está plagada de buenos cliffhangers que obligan a dar vuelta la página en busca del siguiente capítulo. A su vez reflexiona con agudeza sobre los frívolos noventa, y sobre la doble moral y la hipocresía de ciertos sectores de nuestra sociedad. Y lo que más me gustó: la forma en que el horror y la locura van carcomiendo esa relación entre Alfredo y Griselda, que son primero amantes, luego cómplices y luego…
El final de la novela no me pareció de lo más redondo, tal vez por lo ambiguo de la resolución. Pero el mismo no le quita ni un gramo de interés: bueno novela, muy entretenida, y muy bien escrita.
9/11

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