El diablo no brinda opciones fáciles.
Si lo hiciera, en lugar del diablo sería un asqueroso aspirante a fullero,
haciéndose pasar por el auténtico.
El diablo de verdad no nos hace elegir entre el bien y el mal. Para la
mayoría de las personas, eso resulta demasiado fácil. La mayoría de la gente,
incluso cuando se enfrenta a tentaciones que van mucho más allá de lo que
habrían podido imaginar, elige hacer el bien.
Por eso, el diablo verdadero te pide que elijas entre mal y peor. Que un
miembro de tu familia muera de una adicción horrible o traicionar a un amigo.
Para eso es el diablo, tío, y, cuando está en plena forma, no te hace elegir
entre el cielo y el infierno, sino entre el infierno y el infierno.
Josiah Pamavatuu es un buen tipo y nadie lo duda. Conduce un camión con dos
mujeres mojadas y temblando a su lado y su mejor amigo en la parte trasera: un
tío que, para él, es como de la familia.
Pero "ser como" no es lo mismo que "ser".
"Ser" es "ser".
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