Nunca atender el teléfono después de medianoche: esta es la premisa fundamental del solitario ex policía y actual vendedor de sanitarios Pablo Martelli, alias Gotán. Claro que, como nos suele pasar, Martelli también traiciona su propia promesa. Y empiezan los problemas.
El que llama es su amigo Edmundo Cárcano. Está en la costa bonaerense y necesita ayuda. Martelli hace entonces lo necesario para esta historia arranque con todo: se sube al auto y se lanza a
En el marco de los convulsionados días de diciembre de 2001, cuando todo en Argentina se venía abajo menos el helicóptero presidencial, la vida de Gotán se vuelve bastante agitada. Policía al fin, en deuda con su amigo, decide ir a fondo para encontrar la verdad de lo que está pasando. Encima, tiene que encontrar a Isabel, la hija de Cárcano, que ha desaparecido.
Rodeado de una galería de personajes atractivos, como el “trío cervantino” que componen el forense Burgos -adicto a la carne de dudosa procedencia- y los policías de provincia Ayala y Rodríguez, Martelli va y viene con sus propios fantasmas a cuestas, intentando resolver el enigma. Pero la trama se complica vertiginosamente: lo que aparentaba ser la búsqueda de un asesino serial se completa con la aparición de un grupo de ex revolucionarios de los 70 que, financiados con “desvíos” de una gran empresa, pretenden aprovechar el maremágnum institucional para hacerse con el poder.
Mientras tanto, Gotán sufre la ausencia de Mireya, la mujer que lo abandonó y lo despreció por su historia de “asesino de uniforme” como policía de la dictadura, a pesar de que esa misma dictadura fue la que lo exoneró de la Federal. Este pasado oscuro y el amor de esta mujer son el núcleo del conflicto interno de este contradictorio personaje: la filosofía “facha” del gatillo fácil que lo tienta como modo de justicia, versus la simpatía ideológica que le despiertan —tal vez por aquello de “los enemigos de mis enemigos son mis amigos”— todos aquellos que fueron perseguidos por la dictadura.
La prosa de Orsi, que en ciertos pasajes desprende aires cortazarianos, es brillante. Sin abusar del lunfardo, logra un tono propio, bien argentino, que se agradece y celebra. Hay que leerlo si uno ha nacido en estos pagos y es un amante del género negro.
Sin embargo, humildemente le hago dos “críticas” a esta buena novela. Por un lado, me parece que la trama se enrarece excesivamente. Uno diría que le sobran un par de “vueltas de tuerca”. Y por otro lado, Orsi cae demasiado a menudo en sesudas reflexiones acerca de la historia reciente de la Argentina, a través de la mirada ideologizada de Martelli y sus amigos, lo que en muchas ocasiones entorpece la narración, le quita fluidez.
12/10
lo tengo en la lista de espera este. Sueños de Perro es increible, y Buscadores de Oro, esta muy bueno tambien. Asi que estoy esperando un tiempo para darle a este y a ciudad santa
ResponderEliminarGracias por comentar, Nicolás.
ResponderEliminarYa leí Ciudad Santa. Dentro de poco hago un comentario (hoy está 4ta en la lista)... Desde luego, no puedo adelantar nada acá... je ;)