Otra gran novela de Lew Griffin.
Una vez más, una o varias historias que, mucho más que un thriller, conforman un viaje interior, la incesante búsqueda de uno mismo a través de los otros. En suma, una historia de amor.
En esta historia, Lew, ex – alcohólico que tiene sus recaídas, escritor y profesor universitario de Literatura Francesa que lee a Borges (aquí Sallis -él mismo un polifacético y reconocido crítico, poeta, ensayista y editor-deja entrever su erudición: el libro arranca con una cita del gran Enrique Anderson Imbert), siempre obsesionado por la búsqueda de personas comienza la novela al revés, con un encuentro: un indigente aparece en un hospital. Lew no sabe quién es el aparecido, pero lleva un ajado ejemplar de una novela suya. Lew cree estar ante El Gran Encuentro de su vida: ¿puede haber aparecido su amado y perdido hijo David? El detalle extraño es que el indigente dice ser… el mismo Lew Griffin.
Como en todas sus novelas, son importantes protagonistas la ciudad de New Orleans -ese sí que un verdadero crisol de culturas-, la condición de negro, la literatura, el amor a los amigos y a las mujeres –las que están, pero especialmente, las que ya no están-, a los hijos… Sallis/Griffin se las arregla para mostrarnos, de un mundo que sabe triste, amargo, peligroso y barranca abajo, su visión esperanzada, con momentos epifánicos, en la que el crecimiento interior y el amor aún constituyen las únicas formas de redención.
Traducción: Pedro B. Rey
No hay comentarios:
Publicar un comentario