Bosque frío, Patrick McCabe
Sigo un estricto orden cronológico en la construcción de este blog: el orden en el que aparecen de las reseñas es el orden de las lecturas. Hoy, noviembre de 2010, trataré de compartir el comentario de Bosque frío, de Patrick McCabe, un texto que me debo desde que finalicé su lectura en… ¡mayo! Supongo que el tiempo transcurrido guarda relación con el hecho de que es muy difícil escribir algo acerca de lo que produce esta terrible historia, perturbadora hasta el horror.
Empecemos por decir que el narrador, Redmond, relata el período que va desde finales de los años 80 hasta los primeros años del nuevo siglo. Comienza la historia (en realidad, la novela, pues la historia se verá que comienza mucho antes…) cuando Redmond regresa a su pueblo natal en las montañas de Irlanda. Allí Red –por aquellos años, periodista-, toma contacto con el viejo y querido y pintoresco Ned Strange (strange=extraño), un típico personaje de pueblo. Conocedor del folklore tradicional, Ned toca, canta, baila, recita viejas coplas que resumen siglos de la sabiduría sencilla del hombre del bosque, del campo. Ned cuenta historias, es gracioso, todo el mundo celebra sus ocurrencias.
Ned entretiene a los niños…
Redmond queda fascinado con este personaje, y vuelve una y otra vez, y a medida que va contando sus encuentros, el lector va percibiendo algo “raro” en la narración de Red. Una especie de deslizamiento, una escisión que disloca el relato: comienza a filtrarse otra realidad, lo que sucede dentro de la cabeza del narrador, que a esta altura se vuelve poco confiable.
Sembrado con nada gratuitas alusiones al folklore irlandés, al catolicismo que en ese país conlleva más que en ningún otro una carga política/ideológica, una y otra vez el relato revela los modos en que la pureza y la autenticidad del rudo hombre de montañas pueden esconder un infierno de brutalidad, sometimiento y violencia, de “follaovejas” y de vejaciones. La ominosa presencia del Mal detrás de las pintorescas citas en gaélico. El “valor de la cultura de los ancestros” como la otra cara de la eterna podredumbre del alma humana.
El autor elige una estructura de largas partes que se ocupan de períodos en la vida de Red, organizadas a su vez en breves “flashes”, que pueden ser episodios cotidanos, recuerdos, pesadillas, fabulaciones. Como dije, uno nunca sabe bien a qué categoría pertenece lo que está leyendo. Pero esta forma acertadamente elegida por McCabe propicia la creación del clima oscurísimo a través del cual el lector es arrastrado a lo más profundo de la locura y el dolor de Redmond, víctima y victimario.
Que nadie se equivoque: esta no es una moralizante historia acerca de los pederastas y sus víctimas. No es un drama acerca de las consecuencias de los abusos en los niños, no.
Esta historia terrible, dolorosa de leer, es una perturbadora indagación sobre la locura, es una poética reflexión sobre el Mal. Pero por sobre todo, Bosque frío es una verdadera historia de terror.
Una obra escalofriante que los amantes de lo oscuro no deberíamos dejar pasar.
“… Eran tiempos difíciles, Redmond. Así era la vida en esos sitios rurales, y tú lo sabes. Los recuerdos no se van con facilidad. ¿Te parece que se pueden ir así, de un día para el otro?
-No –respondí.
-Exacto, Redmond. Duran tanto como los malditos pinos. Hasta que se cubra de escarcha el infierno, Redmond. “
Vi este libro en variasl ibrerías, leí el texto de contratapa. Muy interesante. Y tu crítica me entusiasma aún más.
ResponderEliminarEl autor escribió el libro en el que se basa la película THE BUTCHER BOY, de Neil Jordan.
¡Muy bueno el blog!
M
Gracias por el comentario, Matías. Este libro ¡ES PARA VOS! No lo dejes pasar...
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