Kellerman es uno de esos autores que no parecen destinados a escribir un clásico pero, si nos guiamos por Desaparecido, sí parece que sabe lo que hace: hace novelas efectivas, entretenidas y muy bien escritas.
Dónde si no en Hollywood puede suceder que a una pareja de aspirantes a actores se les ocurra, como golpe publicitario, simular un secuestro. No pasa nada: el fraude sale a la luz, mínima repercusión mediática, condenas leves, todo solucionado.
Pero los problemas comienzan cuando, un tiempo más tarde, ella aparece muerta, y él ha desaparecido.
La interminable ciudad de Los Angeles, y sus exóticos, desesperados habitantes son una vez más protagonistas. Millonarios, aspirantes a actrices, sueños imposibles, tortuosas relaciones familiares, gente que desaparece y cadáveres que aparecen. En fin, el paraíso del serial killer.
El detective Milo Sturgis, y su compañero, el psicólogo forense (y narrador en primera persona) Dr. Alex Delaware conforman aquí ese “dibujo táctico” clásico de las novelas de detectives: el dúo. Sin embargo, el trato distante, respetuoso, en cierta medida competitivo, de las parejas protagónicas paradigmáticas (Holmes-Watson; Poirot-Hastings) cambia aquí por diálogos velocísimos y filosos más cercanos a una “buddie movie”.
Se lee de un tirón. Y me lo deja a Kellerman en ese lugar de los autores “prácticos”: uno está tranquilo porque sabe que siempre habrá, en la mesa de Novedades o en la de Saldos, algún libro suyo como para manotear en caso de emergencia.
No tengan dudas que yo lo haré llegada la ocasión.
Traducción: Ana María Nieda
6/10
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