jueves, 9 de septiembre de 2010

Primer tango de Muñecas

Kriminal tango, Álvaro Abós

Un tipo cualquiera, un contador, sale de su oficina del centro. Lo que parece un mediodía más, terminará siendo bastante especial: veinte minutos más tarde el cadáver del contador se está quemando dentro de un ataúd, tirado en una intersección de dos calles del puerto de Buenos Aires.

Así comienza Kriminal tango, esta muy buena novela de Álvaro Abós, y así comienza para su protagonista, el Inspector Muñecas, el “caso Levinski”. Un caso difícil, impenetrable. Las tramas que se ramifican partiendo del tronco que es el Estudio Levinski incluyen inversiones extranjeras, lavado de dinero, negociados con la recolección de basura, mafiosos chinos… A esta altura nadie se asombra de que un estudio contable maneje algunos asuntos poco claros pero, ¿qué tan oscuros deben ser como para explicar la brutalidad de los asesinos de Levinski?

Muñecas, un personaje que se las trae, es portador de una melancolia que roza con la desesperanza. Violinista y tanguero, esposo abandonado, duro interrogador, el Inspector de la Federal nos lleva de la mano, junto con su colega Magro, a través de una Buenos Aires oscura, hostil, fría, pero absolutamente reconocible: tanto que es la ciudad un protagonista más de esta historia.

El oficio de Álvaro Abós, que ha abrevado en el cuento, el ensayo y la novela, se evidencia en su estilo pulido y cuidado pero a la vez con la contundencia que requiere una buena historia criminal. Todos los elementos del clásico policial negro están presentes en Kriminal Tango: hay corrupción y asuntos poco claros, hay burocracia policial, hay calles y cafés de una Buenos Aires que siempre es testigo y cómplice. Hay policías que no tiemblan a la hora de dar y recibir, milongas peligrosas y un caso que, mucho tiempo después de haber sido abandonado, resurge y comienza a ver la luz …

4/10

2 comentarios:

  1. Pocas veces me senti tan estafado con un libro como con este. Todas las pruebas falsas, es como que el autor se perdio mas en el personaje, en vez de la trama, cosa que es totalmente valida, pero el personaje tampoco termina de ser atractivo, y cuando llega al final, ojala pudiera tener la opcion "satisfaccion garantiza, o le devolvemos el dinero" para elegir lo segundo.

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  2. Gracias, Nicolás, por tu comentario.
    No me pasó lo mismo que a vos con este libro. A mí me gustó. Me quedó un buen recuerdo de Muñecas.
    Desde luego, me ha pasado eso alguna vez con otros libros. Si estoy lo suficientemente lúcido, no vacilo en abandonarlo en la página que sea cuando me doy cuenta de que la estoy pasando mal...

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