domingo, 22 de mayo de 2011

Un misterio demasiado sencillo

Una muerte sencilla, Peter James

Primera novela de Peter James que cae en mis manos. Lo de siempre: una contratapa más o menos vendedora, la curiosidad por un nuevo autor, el precio de bolsillo. ¡Compro!

Comienza así: cuatro amigos festejan la despedida de soltero de Michael. Están los cinco muy borrachos, pero tienen planeada La Gran Broma para Michael, que siempre fue el “ocurrente” del grupo. No está mal la idea: luego de recorrer los bares van, en medio de una tormenta, a un campo. Hacen un pozo, meten a Michael dentro de un ataúd con una linterna, una petaca de whisky y un walkie-talkie. Y luego meten el ataúd en al pozo, con un cañito para que entre aire desde la superficie, y le echan unos cuantos kilos de tierra encima. Simpáticos, ¿no? El plan es recorrer los bares, encontrar chicas e ir contándole a Michael lo que se está perdiendo. Y acá viene el problemita: alcohol, noche y tormenta no son buenos a la hora de conducir. De modo que los cuatro amigos sufren un accidente y… se matan todos.

¿Dónde está Michael? Se acerca el día de la boda y su encantadora novia, Ashley, comienza a desesperarse. Rápidamente la investigación queda a cargo del inspector Roy Grace, detective del Departamento de policía de Sussex. Grace sabe que si hay algo que no sobra, con un tipo encerrado vivo en un ataúd, es el tiempo. Así que enseguida interroga a la acongojada novia, y a Mark, socio y amigo de Michael, quien, por un milagroso retraso en un vuelo, se ha salvado de estar en la despedida y en el trágico choque.

Grace es un personaje que arrastra el dolor de haber perdido hace años a su joven esposa, misteriosamente desaparecida. Él ha investigado todo lo que estuvo a su alcance, removiendo cielo y tierra sin éxito. Hasta ha consultado a videntes, lo que le valió el descrédito de su jefa (alias “27”) y de muchos colegas. Pero aún sigue esperando que su esposa aparezca. Arrastrar con esa cruz lo vuelve un personaje interesante. En su trabajo se rodea de un eficiente grupo de colaboradores, que incluye a su cinéfilo amigo Glenn Branson y a Cleo Morey. Cleo es la encargada del depósito de cadáveres, y Grace está tratando de comenzar con ella una “relación”.

Ya en el primer capítulo encontré cuestiones de estilo que me hicieron recordar al gran Elmore Leonard: vi varias cosas que él recomendaba no hacer. Pero, en fin, seguí adelante enganchado por el original conflicto con el que comienza la novela. Hay que reconocerle a James la capacidad de mantenerlo a uno atrapado página tras página, deseando saber qué pasará con Michael. Sin embargo, exceptuando el de Grace, algunos de los personajes (en especial Mark y Ashley) son de un dibujo tan tosco y tan poco profundo que terminan conspirando contra el suspenso que el mismo James sostiene con gran esfuerzo y, finalmente, sin tanta eficacia. Porque si sumamos algunos giros de la trama que resultan demasiado abruptos, resulta que el misterio se termina develando mucho, muchísimo antes de lo que sería deseable para que un thriller cumpla su cometido.

Traducción: Escarlata Guillén

4/11

No hay comentarios:

Publicar un comentario