Pálido criminal, Philip Kerr
Mucho tiempo después de la fallida Una investigación filosófica, me acerqué nuevamente a Kerr para leer Violetas de marzo, primer episodio de la serie Berlin Noir. Y se puede decir el oficio que despliega Kerr en aquella primera novela de la serie me fue suficiente para querer encarar las siguientes. Por ejemplo Pálido criminal, la segunda de las cinco publicadas en castellano.
El oficio de Kerr y, desde luego y sobre todo, la aparición del entrañable detective privado Bernie Gunther. Ex soldado de la Primera Guerra, con un paso no del todo feliz en las filas de la policía, Bernie ya ha trabajado para el Hotel Adlon y ahora se las gana la vida buscando gente perdida o reuniendo sórdidas pruebas para casos de divorcio.
En Pálido criminal lo encontramos al bueno de Bernie intentando aclarar un caso de chantaje, pura rutina. Es entonces cuando es “invitado amablemente” por las autoridades de la policía nazi, la Kripo, a reintegrarse al cuerpo para ayudarlos a resolver quién está detrás de una serie de horribles asesinatos de chicas adolescentes.
Protegido por su ácido humor y su inamovible desencanto, Bernie se las arregla para sobrevivir moviéndose a través de la jerarquía del Partido, esa tenebrosa, oscura y maligna máquina criminal. En su camino se cruza con personajes de los más variados: fanáticos y agitadores nazis, un psicoanalista a la vez homosexual y adepto al Partido que los persigue con la nefasta “estrella rosa”, prácticantes de ritos paganos de la antigüedad, y hasta se ve la cara con el mismísimo Himmler.
Algo desplazado de los clásicos móviles que hacen del capitalismo occidental el perfecto caldo de cultivo en el que la novela negra pudo crecer (es decir, dinero + sexo = crimen), Kerr construye un personaje memorable, con todas las cualidades del mejor detective negro, pero que se debe enfrentar a fanáticos criminales cuya motivación es “ideológica”. No sólo eso: encima sitúa la trama en la ciudad capital de un país que está por sumergir a Europa en el horror de la guerra. La mención de lugares reales de Berlín, así como las referencias a las intrincadas estructuras de las organizaciones nazis y sus jerarquías, son un importante aporte a la bien lograda verosimilitud.
Traducción: Isabel Merino
8/10
A mi me gustó Violetas de marzo, la encontré bien ambientada y la figura del detective tiene las características del género. Pálido criminal espera en la estantería aunque todavía no se cuando lo empezaré. Como a todos los aficionados al género, se me acumula el trabajo.
ResponderEliminarA mí también se me acumula el trabajo, Isabel: entre muchas otras me espera Requiem alemán. Encima, veo con mezcla de alarma y regocijo que van siendo publicadas más novelas de Bernie en castellano...
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