Días de vorágine. Difícil encontrar el momento para el comentario
más concienzudo. Es lo que hay: días de locos, de micro comentarios. No
obstante, pase lo que pase afuera, y como dijo el Diego, la lectura no se
mancha. Ni se detiene.
Mucho es lo que pasó en los últimos tiempos, pero me interesa
mencionar a estos tres autores que conocí (*), todos muy recomendables:
La estrategia del
pequinés, Alexis Ravelo: cuatro perdedores en Canarias, un pez gordo en Barcelona, droga
que se pierde, y un bar medio rioplatense llamado “El Quilombo”. ¿Se puede
pedir más? Sí: una trama sin fisuras, de violencia bien administrada, una prosa
económica, la perfecta pintura del ambiente insular. Se merece todos y cada uno
de los premios y buenas reseñas que le dieron (que son un montón, suficientes
como para que no agreguemos una más aquí). Gran lanzamiento de la interesante
editorial Revólver, con prólogo del amigo David Gómez
.
Adiós, muchachos, Daniel Chavarría: Alicia, jinetera
en bicicleta, seduce extranjeros en el Malecón de La Habana y sueña con salir
de la isla. Cae en su trampa el canadiense Víctor, un estafador detrás de un
millonario negocio de turismo subacuático. Juntos ven la oportunidad en el
dinero de una rica familia holandesa. Todo se tuerce: extrañas prácticas
sexuales, un muerto en el freezer, un secuestro. Lo que parecía una novela más,
otra comedia livianita, termina golpeando con potencia de huracán caribeño, con
mucho humor, erotismo y violencia. Clásico de lectura obligada, ganador del
Edgar y disponible gracias al rescate de nuestra cordobesa Eduvim.
El invasor, Marçal Aquino: no conocía a este
autor brasileño, editado ahora por la mejicana Océano. El invasor es la historia de dos socios que planean y ejecutan el
asesinato de un tercero, el mayoritario. En la gigantesca San Pablo, de
violentos contrastes, ellos contratan a un sicario, que, luego de terminado su
trabajo, comienza a invadirles la vida. A Iván, uno de esos socios y narrador,
la culpa lo arrastra a un espiral de paranoia y miedo. Traición, violencia, la
corrupción de los poderosos, en una historia correctamente escrita, con
agilidad y suspenso bien dosificado. El final, aunque previsible, no deja de
estar bien resuelto. Encima, es breve: menos de 160 páginas. Entrale nomás.
(*): no es del todo exacto: a uno de ellos ya lo conocía de otro lado...